lunes, 5 de abril de 2010

LA CEGUERA MATERIALISTA


LA CEGUERA MATERIALISTA

Por Gabriel Wüldenmar

Veamos una anécdota que ilustra la ceguera que puede causar el materialismo incluso en personas que deberían tener entrenadas sus dotes de observación. Hemos visto un reportaje de “divulgación científica” en que un entrevistador materialista preguntaba a un científico materialista en qué se diferencia el hombre de los animales, y éste contestaba que no había ninguna diferencia entre ambos, que quizá la única, y a medias, era el lenguaje. La entrevista tenía lugar al aire libre en un campus universitario, y el espectador podía ver de fondo, mientras escuchaba esa respuesta, toda clase de pruebas de la superioridad cognitiva y técnica humana respecto a los animales: edificios infinitamente más sofisticados que las mejores construcciones animales, vehículos supereficaces e ingeniosos, personas vestidas, personas llevando apuntes y libros con símbolos codificados con información sobre el universo a escala infinitamente superior a la escala humana, etc., y por supuesto a dos tipos intentando comprender la propia mente de su propia especie y hablando a través de aparatos de tecnología asombrosamente sofisticada, como micrófonos, ordenadores y cámaras de TV, capacidades y logros todos ellos por completo ajenos a los animales pero usuales en la especie consciente humana. Mientras negaban la existencia de diferencias entre el hombre y el animal, ¡estaban literalmente sumergidos en ejemplos de dicha diferencias!
Los materialistas se sienten amenazados por la conciencia, por eso en determinados reportajes de “divulgación científica” denigran el cerebro diciendo que es una chapuza y no lo más sofisticado del universo. El motivo real oculto es salvaguardar el materialismo como sea frente a la amenaza que supone la maravilla de la mente y la conciencia. El motivo manifiesto aparente es que la memoria tiene fallos y toma atajos, y que la conciencia no se ocupa de muchas funciones, que deja al inconsciente. Olvidan así que 1) nadie exige que un aparato tenga que ser absolutamente perfecto para considerarlo un ingenio maravilloso producto del diseño propositivo del inventor. 2) Precisamente “tomar atajos” y sacar partido de los recursos disponibles para lograr fines no es demostración de improvisación o chapuza sino de ingenio, economía y funcionalidad. 3) Olvidan además que memoria y conciencia cumplen su labor y nos han situado donde estamos en cognición, tecnología y conocimiento así como en vivencias éticas, estéticas y trascendentes. De hecho, ellos están denigrando la utilidad de la memoria o de la conciencia gracias al uso de ambas maravillas sofisticadas y prodigiosas. Así de ciego es el materialismo.

(Más información en:http://lacasadelasabiduria.com/obras.php)