martes, 1 de junio de 2010

EL ABUSO DE ISRAEL


Siempre he sido un buen amigo de la Comunidad Judía española, he ido a las escuelas hebreas, he hablado de religión y Kabalá con los rabinos, he cubierto mi cabeza para entrar en las sinagogas de al menos dos países. No pierdo de vista que mi Maestro, Jesús de Nazareth era nativo de ese pueblo, ni olvido los sufrimientos que ha pasado.
Por todo ello, y en primer lugar por la dignidad inalienable de la vida humana, contemplo con indignación y dolor cómo el ejército israelí - ya conocido por su “valentía” a la hora de emplear toda su sofisticada tecnología y su apabullante armamento contra mujeres, niños y ancianos –, se dedica ahora a la “heroica labor” de masacrar pacifistas y cooperantes. Abusa así, una vez más de la prepotencia que le ha dado históricamente refugiarse bajo las faldas de EE.UU. para poder reírse a gusto de la Comunidad Internacional, burlarse de las resoluciones de la ONU y escapar siempre a sus sanciones. Esas mismas resoluciones y sanciones, son aplicadas estrictamente a otros países, tienen consecuencias graves económicas, diplomáticas y militares, pero para Israel sólo supone impunidad.
De todas formas, el hecho tiene precedentes. La noche del 25-26 de diciembre de 1991, el barco Ibn Khaldoun transportaba hacia Irak un cargamento de alimentos y medicinas destinadas a los niños que sufrían el bloqueo estadounidense. A bordo iban 242 mujeres, en su mayoría árabes pero también europeas y estadounidenses. La carga la había recogido la Liga de Mujeres Árabes y asociaciones humanitarias. El barco partió de Argel el 6 de diciembre. El 26, a las 4 de la madrugada, 18 barcos de guerra americanos obligaron a parar al carguero. Confiadas en que no les harían daño gracias a la Convención de Ginebra, salieron al puente. 400 marines las abordaron, rompieron las cámaras de fotos y golpearon y violaron a muchas de ellas, incluidas dos americanas acusadas de estar con los árabes. A las 7 de la mañana se fueron tras destrozar los teléfonos y requisar todas las cartas de navegación. El barco quedó inmovilizado 9 días. Este hecho fue silenciado por los medios occidentales a pesar de tener todos los ingredientes como para hacer grandes reportajes. Se ocultó sistemáticamente cualquier aspecto impactante del episodio. Nunca se juzgó a nadie. Ojalá esta vez sea distinto.
Gabriel Wüldenmar Ortiz

(Más información en:http://lacasadelasabiduria.com/obras.php)