sábado, 9 de marzo de 2013

¿SON INEXPLICABLES LOS ORBES?


¿SON INEXPLICABLES LOS ORBES?
            Por Gabriel Wüldenmar Ortiz.

Justo cuando, inexplicablemente, un detector de campos electromagnéticos empezó a emitir lecturas anómalamente elevadas, Steve Parsons y su equipo de investigadores de Parascience tomaron fotografías digitales con flash con una Sony de 800 mil píxeles en un lugar presuntamente encantado en 1998. Obtuvieron varias imágenes de orbes que el fabricante (Sony UK) descartó que se debiera a defectos de la cámara. Obtuvieron resultados parecidos en condiciones similares (al activarse el detector de campos electromagnéticos) con una Fuji de un millón de píxeles en una escuela. ¿Una corroboración técnica de la paranormalidad de los orbes? No. Desgraciadamente, estos investigadores descubrieron, meses después, que un equipo eléctrico que se hallaba en el armario de una habitación cercana producía al azar erróneas y transitorias lecturas elevadas en los campos electromagnéticos.

Parsons descubrió interesantes constantes en el fenómeno de los orbes. 1) Su luz era reflectante como la del flash de una cámara, 2) aparecían casi únicamente cuando se usaba el flash incorporado o con modo luz nocturna activado, 3) Tras realizar 10.000 fotografías, comprobó que los orbes se producían al azar en cualquier localización (con historial paranormal o no), 4) las fotos hechas con cámaras Fuji y Kodak presentaban un 20% más de orbes que las realizadas con cámaras Nikon o Canon, 5) cuanto más barata era la cámara (da igual el fabricante) más probabilidades tenía de captar orbes, 6) cuanto más pequeña era la cámara (da igual el precio) más fácil era captar orbes.

Para Parsons estaba claro: no es un fenómeno paranormal. Es polvo en suspensión o gotas de humedad fuera de la cámara o sobre el objetivo, generalmente iluminado directa o indirectamente por el flash de la cámara, por eso aparecen desenfocadas pero más luminosas las que están más cerca y mejor definidas y apagadas las más lejanas. Un informe de FujiFilm (2009) confirma este veredicto. Por su parte, Maurice Townsend, del grupo de investigación parapsicológica ASSAP (2007) consiguió reproducir orbes esparciendo polvo de talco o agua delante de las cámaras en el momento de disparar con flash.

Parsons realizó nuevos experimentos (2009-2010) en 20 lugares “encantados” de Irlanda e Inglaterra con una Fijifilm FinePix W1 3D, capaz de obtener dos imágenes en cada disparo. En total se lograron 1870 pares de imágenes; 630 pares presentaban orbes. De ellas, en 491 sólo en una de las fotos aparecía algún orbe, y no en su foto-pareja. En el resto (139 parejas de imágenes) había orbes en las dos fotos-pareja, pero sus posiciones revelaron que eran anomalías no vinculadas entre sí. La conclusión es que se trata solamente de polvo u otras partículas en suspensión frente a la cámara que reflejan el flash y que, claramente, se trata de un fenómeno normal y explicable.

¿Qué podemos aprender de todo esto? En primer lugar, es un buen ejemplo de cómo la investigación paranormal seria y tenaz (nada que ver con el ocultismo, el fanatismo newage ni la actividad especulativa de pseudo-investigadores no cualificados) puede ser metódica y no necesariamente tiene que llegar a conclusiones “paranormales” o sensacionalistas. En segundo lugar, que la investigación paranormal puede impulsar y mejorar el conocimiento de otros campos de la ciencia (en este caso, la óptica y la tecnología digital). Tercero: que la voluntad de creerse “elegidos” en comunicación con espíritus, hadas, elementales, etc. será, para muchos, más fuerte que cualquier evidencia.

(Más información en: http://lacasadelasabiduria.com/obras.php
)